Empiezo otra vez desde Fountains Abbey. Como he dicho en el otro blog, siempre que venimos por la zona de York nos acercamos a ver esta impresionante abadía cisterciense en ruinas, Patrimonio de la Humanidad.
Cada vez hay algo nuevo por descubrir, como hemos venido varias veces nos han tocado días de lluvia y de sol, aunque casi siempre lo hemos visto en verano. Está localizado en Ripon, no lejos de York y es una zona bastante fría y lluviosa. Arriba un dibujo antiguo de la Abadía.
Nos remontamos al año 1132 cuando, tras un desacuerdo, 13 monjes que se encontraban en la Abadía de St. Mary, en York, Norte de Gran Bretaña, decidieron marcharse a otro lugar con la protección del Arzobispo Thurstan que les concedió unas tierras en el valle del río Skell, donde llegaron el 21 de Diciembre del mismo año.
No quiero ni pensar el frío que haría en este lugar, que ya de por sí es frío y húmedo en verano. Sin embargo, ellos lo encontraron interesante ya que disponían de agua, madera y piedra para la construcción.
Los monjes eligieron una forma extraordinariamente austera para vivir. Llevaban hábito de lana de oveja blanca sin teñir por lo que se les conocía como los «monjes blancos». Pasaban sus vidas dedicados a la oración y meditación y sabían leer y escribir. Hacían votos. También permanecían en silencio la mayor parte del tiempo y se comunicaban por señas.
Cantaban a Dios en servicios que celebraban ocho veces al día y seguían una dieta compuesta de pan y verduras. Bebían una cerveza que ellos mismos fabricaban con bajo contenido alcohólico.
Con esta foto aérea nos hacemos idea de las dimensiones de la Abadía, ahora en ruinas. Luego ya iremos viendo el jardín paisajístico que la rodea, que tiene un tamaño impresionante.
Las ruinas vistas desde la perspectiva del arroyo. La construcción de la abadía con roca de los alrededores comenzó en 1132. Los edificios del monasterio original fueron alterados en la etapa posterior de la orden, por lo que el monasterio perdió la estructura estricta del tipo cisterciense.
La iglesia se levanta a poca distancia al norte del río Skell, los edificios se extienden hacia el arroyo.
Pasados tres años los monjes se habían asentado en su nueva forma de vida y había sido admitidos en la austera Orden Cirtenciense, así que comenzó un desarrollo importante, la introducción de los hermanos laicos que relevaron a los monjes en los trabajos rutinario, dándoles más tiempo para dedicase a la oración, en lugar de dedicarse a cultivar la tierra para sobrevivir.
Debido a esta ayuda, se dedicaron a la producción de lana, extracción de plomo, cría de ganado, cría de caballos y extracción de piedra.
Las malas cosechas golpearon duramente a los monjes y también tuvieron que lidiar con los pillajes de los escoceses durante todo el siglo XIV, lo que les condujo al colapso económico, agravado por la peste negra que azotó al país en 1348.
A pesar de sus problemas financieros, la Abadía siguió siendo importante, como indica la gran torre construida por el Abad Huby (1495-1526), simboliza su esperanza para el futuro.
La Abadía fue cerrada abruptamente en 1539 en la Disolución de los Monasterios ordenada por Enrique VIII, y el abad, el prior y los monjes fueron despedidos.
La Corona vendió la finca a un comerciante, Sir Richard Gresham. Permaneció en manos privadas hasta la década de 1960. Se encargó el diseño de un jardín paisajístico acuático a William y John Aislabie, quienes hicieron el Studley Royal, convirtíéndose la abadía en una parte integral.
Dejamos atrás la Abadía y nos lanzamos a caminar al menos una hora, quizás dos. El jardín paisajístico es descomunal y queremos hacer el máximo que nos dé tiempo
El National Trust compró la propiedad al Consejo del Condado de West Riding en 1983 y desde entonces puede visitarse.